PIPO LERNOUD
1ra. Edición: 2016
Editorial:
Gourmet Musical
Prólogo: Alfredo Rosso
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Para muchos Pipo Lernoud es el ideólogo
del rock argentino.
El que rubricó, en canciones como Ayer
nomás -convertida en clásico en la voz de Moris- y aquellos primeros
manifiestos repartidos en Plaza Francia, el núcleo duro de la contracultura en
su versión criolla.
No es poco. Pero ese título para nada
desdeñable, es solo una parte de la historia.
Desde el campo, la ciudad o sus muchos
periplos como viajero impenitente, Lernoud fundó revistas emblemáticas como
Expreso Imaginario, Canta Rock y La Mano, fue uno de los pioneros argentinos de
la agricultura orgánica y recorrió decenas de escenarios para recitar su propia
obra poética.
A través de sus diarios, cartas, poemas,
canciones, notas y posteos, Yo no estoy aquí revela los avatares de la cultura
alternativa, el devenir social y político desde la década del sesenta hasta la
actualidad.
Son 350 páginas que abarcan 50 años de
notas y poemas, escritos en todas partes del planeta ilustradas
con fotos, con la inigualable prosa de uno de los mejores escritores de
Rock del país.
Los textos fueron compilados por Martin
Graziano.
Y para muestra…un botón.
Tratamos de ver a Serú Girán
Publicada en Expreso Imaginario No 29
(XII-1978)
Me parece que hubo un error. Aunque,
pensándolo bien, quizás lo hicieron a propósito. Para la primera actuación… El
Gran Salto al Vacío… mandar a sus dobles por razones de seguridad. Uno piensa
en los famosos monedazos y pilazos a Casa das Máquinas y comprende que debe dar
miedo enfrentar al público. Aunque Charly García siempre tuvo a las audiencias
en el bolsillo. Y esta es una prueba más de que este es su doble: la gente
distraída, indiferente. Claro que ya pasaron como seis temas y ninguno sonaba
con demasiada convicción. Pero si fuera el verdadero David Lebón ya nos hubiera
emocionado a todos. Este tiene la misma voz, pero canta sin dulzura. Yo no sé
qué pasa. Mirando a través del tele-objetivo de la cámara, se ve qué bien
hechas que están las máscaras. Pero los ojos de Charly no brillan. ¿Dónde se
habrán quedado los otros?, ¿estarán en Buzios, tomando sol en la playa? ¿O es
que Charly manda a su doble al frente desde la disolución de Sui Generis y
sigue siendo aquel tipo tímido que sentía mucho las cosas? Porque la música se
nota que es de Charly, pero parece procesada por otro tipo.
Bueno, mejor escuchemos el recital, que
no tengo ninguna prueba de lo que estoy diciendo y nadie va a creerme si lo
pongo en la crítica. ¿No se oye mucho a la orquesta, no? Las partecitas que me
llegan están bien, pero nada más. Lo que suena un camión es la base Aznar-Moro.
Aznar patina, se arremolina, contrapuntea. Pseudo Charly anunció que van a
hacer un tema urbano. Entró con un lindo jueguito de bajo y guitarra, y ya se está
poniendo rockero. “Yo te veo entre los autos pidiendo perdón”, se lamenta
David. Las voces suenan bien, pero los temas parecen diluirse en la
instrumentación. Coramina Lopez38 levantó un poco los ánimos con su potente
rock and roll tipo Rolling. David lo cantó en caliente sobre una hamaca
infernal. Ahora Charly, con su nuevo piano eléctrico, ha largado Tropicalia y
Aznar le baila alrededor con sus notas, contrapunteando a veces, empujando para
arriba siempre. Ahora Charly mete el sintetizador y la cosa se pone movida.
De pronto sale el bajo de Aznar en un
largo, vibrante solo. Ya sabemos que tiene una digitación impresionante; lo
bueno es que la aplica con gusto. “Por el Ecuador y el trópico, el sol saluda a
nuevos vagabundos…”.39 Y corean todos: “Se está yendo todo el mundo” en un
ritmo febril con mucha polenta. Moro metiendo oleadas de ritmo y Charly
saliendo con el moog a fondo me hacen olvidar por un momento del asunto de los
dobles, y me parece reconocer al Charly verdadero con su piano cantando el tema
siguiente: Separata. “Algo raro me estaba pasando en el hotel / Estaba solo /
Sabía que mi casa estaba lejos de todo y faltaba poco para subir a tocar”.
Pero no, no hay duda. Solo al doble de un
bajista se le ocurre hacer un tema de Jaco Pastorius. Supongo que Aznar
preferiría hacer algo propio. ¿Y ahora quieren hacer Alto en la torre, de Sui
Generis? Los coros están inseguros, no tienen la vibración de la versión
original. Y ese tema Calle de las sensaciones no me dice nada. Parece un retazo
de melodía que Charly les habrá dado a los dobles. A falta de buena
comunicación, hagan rock and roll. “¿Ha muerto el rock?”, gritan en el
escenario. El público, ingenuamente, responde: “¡No!”, y se pone a hacer el
famoso corito. “Woodstock no, por favor. Ya pasó eso”, les responden los
dobles. Y arrancan con una canción de David, tan vieja como el famoso festival:
“Los que no piensan / todo el tiempo van a estar / muy aburridos / de estar en
el mismo lugar”. Lebón manda su viola claptoniana y cortante, y vuelvo a dudar
de los dobles, hasta que se mete Charly haciendo circos y morisquetas con el
moog y me vuelve a la tierra: estamos en un no-recital de un no-grupo.
“Vamos a hacer un tema disco for the
people of Argentina”, para anunciar un tema tipo Sábado a la Noche. “No vamos a
hacer ninguno de los temas que piden”, informa Charly a la audiencia. “¡Y
Charly nos cagó!”. Surge potente de la popular. “Ustedes se cagan solos”,
responde el doble. No es verdad. El público no sabía que iban a venir estos
muñecos. Ellos pagaron por ver a Serú Girán, el nuevo grupo de García, con toda
la polenta y el sentimiento que eso significa. Pero estos saltimbanquis
pedantes y mecánicos no son un substituto adecuado. A lo mejor es por eso que
se aplaude tanto a Luis Alberto, y le piden a Pseudo Charly que lo nombre. “Un
aplauso para Spinetta, y para mi mamá que puso un restaurant macrobiótico”, es
lo único que atina a decir el doble.
“Vamos a hacer un poco de música, está
bien divertirnos, pero hay un límite”. Parece que los peleles se empezaron a
dar cuenta que están haciendo quedar mal a García y Lebón. El doble de David
canta Serpentina, “¿en qué esquina me encontrarás?”, con lirismo y ternura.
“¿Cómo sabrás qué es lo que quiero?”. Hay un regreso de la inspiración y es una
pena que ya el público esté distraído y cansado, y que nadie se adelante para
terminar el recital con bailes y entusiasmo como en los buenos tiempos. El
mendigo en el andén, es el último tema, y la gente ya se está dispersando.
Aunque cuando Charly les dijo “Si no aplauden más fuerte no hacemos bis”, casi
todos lo obedecieron. Se les contagió un poco el asunto de ser como muñecos a
cuerda. Pero terminó la cuerda y se van.
Bueno, ahora que salgo, es hora de
recapitular: el sonido muy bueno, la orquesta correcta con un director (Daniel
Goldberg), que además de dirigir hizo los arreglos. La música en general estaba
bien hecha, pero si hubieran venido los auténticos Charly y David no hubiera
sonado tan inconsistente. Ellos, de Brasil, tienen que haber traído algo más lleno,
con más polenta que el estilo “Nueva York, 5° avenida”. Quizás no tuvieron
tiempo de armarlo y reclutaron a esta gente en la Galería del Este, para actuar
en este recital. Esperemos, pues, al verdadero Serú Girán.